miércoles, 14 de noviembre de 2012

''Antes que nada perdona si huele a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre la luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos. Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte más. Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y lo que te pienso seguir encontrando… El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras. Mis recuerdos los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansado de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso… He intentado que la temperatura del agua estuviera a tu gusto siempre, pero si de vez en cuando notas algún jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que se gastarán, se acabarán gastando de tanto lavarlas… Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de chica de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que lo disfrutes a tu gusto siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino de compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar. Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos. Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.''

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