miércoles, 14 de noviembre de 2012


''¿Cuántos se quedarían a tu lado debajo de esta tormenta? ''

Dímelo al oído. Dímelo una y mil veces. Dímelo mientras me sonríes. Dímelo mientras me abrazas. Dímelo.

Vamos a fumarnos el mundo.


Todos de pequeños decimos que no nos queremos ir a ningún lado. Que no dejaremos nunca la ciudad en la que nacimos. Pero, cuando creces te vas dando cuenta de que las cosas no son nada fáciles. Que la ciudad al ser tan pequeña te agobia. Porque te la conoces de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Te das cuenta que lo que necesitas es irte lejos de aquí. Perderte por una ciudad que te queda muy grande. Conocer cada rincón de esa ciudad y que poco vayas creciendo como persona. 
Yo quiero perderme por alguna gran ciudad. Pero, me quiero perder contigo. Con tus abrazos, con tus besos y con tus caricias. 

Que no corra ni el aire entre nosotros.


Va a empezar a llover y tu todavía no has llegado. No has llegado a mi casa donde te espero con tu sudadera. Si, la que te dejaste el otro día con las prisas. Te espero en el sofá, con la manta preparada y las persianas a media altura. Para que el Sol no nos deslumbre. Para que pueda mirarte a los ojos y sentirte. También esta preparada la Nutella y un bol de palomitas. Y se me olvidaba, tu película favorita esta metida en el DVD. Te espero con los brazos abiertos para darte mil abrazos. 
Espero que no tardes en llegar, porque empieza a nublarse y a hacer frío y las palomitas se empiezan a enfriar. No tardará mucho en caer una tormenta que va a marcar el año. No tardaré en volver a sentir que no quiero separarme de ti. 

Love > distance.


Y un día, conoces a alguien. Le conoces. Todo empieza como si nada. Hablando de lo de siempre. La música. Compartís los mismos gustos respecto a eso. Te das cuenta hablando con él, que es un chico diferente. Alguien, al que no conoces todos los días. La conversación fluye con total normalidad. Habéis conectado. ¡Y vaya que si habéis conectado! Es una conversación cómoda, sin presión.. vamos que te sientes genial cuando hablas con él. Empiezas a notar que tienes unas ganas tremendas de abrazarle y de estar con él. Pero, la distancia lo impide. Estáis demasiado lejos. Empiezas a cagarte en la puta distancia y en todo. Porque tu lo que quieres es estar a su lado. Sentir sus dedos de las manos entrelazados con los de tus manos. Quieres tener su sonrisa a dos centímetros de la tuya. Escucharle todo lo que tiene que contar. Porque, te encanta escucharle. Su voz. Su voz es tremendamente perfecta. Vamos, que no te importaría que te susurrara al oído durante toda la noche. Habéis conectado. Y es cuando te das cuenta, de que tal vez, te esté empezando a gustar. Porque esas ganas irremediables que tienes de abrazarle cuando se conecta no son normales. Porque te duele saber que necesita un abrazo. Necesita a alguien y tu no puedes estar a su lado porque la distancia es muy hija de puta. Entonces, se lo dices. Bueno, él ya lo sabe porque tiene las mismas ganas que tu. Y te dice, es que tú me encantas, y le dices tú a mi también me encantas y lo lee y tarda unos minutos en responder por lo que decides ponerte a repasar el examen de literatura que tendrás el próximo día.. y al cabo de dos minutos te dice ''tú eres para mí'' y ahí es cuando mandas a la mierda a Larra, Espronceda, Bécquer y demás. Vuelves a leer la frase. La lees dos veces y piensas, eso me lo la ha dicho a mí. Sabes que tienes que responder porque llevas en ''standby'' cinco minutos y le respondes ''quiero ser para ti''
Los días pasan y sabes que le echas de menos. Pero tienes miedo. Mucho miedo de que esto se termine como si nada, a que la distancia haga mella sobre todo esto. Miedo a perderle. Porque sabes que en una semana se ha convertido en alguien especial. Alguien al que no quieres dejar de abrazar. Alguien al que quieres hacer feliz. Alguien que se merece muchísimo ser feliz.

En fin.


Hoy es una mierda de día.
Si, una puta mierda. Y lo es porque tu no estás aquí. Porque yo no puedo ir allí. Porque yo necesito abrazos. Nunca los había necesitado tanto. Porque necesito sentarme en la cama con alguien y hablar y terminar llorando. Llorar hasta que no pueda más. Hasta que me duelan los ojos. 
Hoy es miércoles pero parece domingo. Y si hoy es un mal día mañana lo será peor. Pero así funcionan las cosas. Un día bien, veinte mal. 

Alguien que te diga: '¡Eh! ¿Qué pasa? Anímate y alegra esa cara, sabes que estoy aquí'. Mientras te abraza.