sábado, 19 de noviembre de 2011

Le quiero como el primer día en el que nuestras miradas se cruzaron

+Anoche soñé cosas imposibles. Soñé que el fuego se lavaba, que la nieve ardía, que mi corazón era de hielo y que jamás caía la noche, que siempre era de día. Soñé que podía volar a ras del cielo, surcando cada una de aquellas nubes. Y por soñar cosas imposibles, soñé que todavía me quería, menuda estupidez. Dile que ya casi no me importa, que no lo quiero como antes, que nunca me acuerdo de él, pero nunca le digas que mientras yo te contaba esto estaba llorando. No se lo digas, porque entonces descubrirá que lo que digo no son más que estupideces, descubrirá que le sigo queriendo como la primera vez que nuestras miradas se cruzaron.
Mientras, yo te prometo que le olvidaré, porque se que me está haciendo daño, le olvidaré, lo juro...
-No jures en vano.

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