domingo, 1 de julio de 2012

Voy a comerte la boca a cada milésima de segundo. A clavarte mis pupilas como si fueran chinchetas. Mandaré a mis labios de excursión por tus orejas susurrando palabras sin sonido. Me volveré muda, hablándote con las manos que son las que mejor se entienden. Para el reloj.No importa la hora que sea. Si es de día o es de noche a nosotros no nos afecta. Las estrellas las veremos igual, y el calor del sol nos cocerá a fuego lento. Donde tú y yo lo único que tenemos que hacer es dejarnos llevar. Donde voy a quererte hasta la última letra de tu nombre.

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